domingo, 17 de julio de 2011

Un poema de José Ángel Valente



EL TIEMPO se llena de húmedos lagartos y de erizos en el espacio de la desolación. Ponme, dijiste, una tarjeta desde el lugar del crimen. Atraviesa el viento los muros y las cámaras vacías entre dos aberturas; silba en las paredes como sierpe que se fuera enroscando en los huesos roídos de una bestia enorme y desecada por la voracidad aérea de los pájaros o por la dura penetración del sol. Ya nada queda aquí. Escenario desierto de irreconocibles cadáveres barridos por el helado soplo de la tarde que arrastra ahora los últimos rastrojos. En el horizonte, enormes paños de rojizas nubes siguen con el descenso de la luz el naufragio ideal de la memoria.

poema extraído de su poemario NO AMANECE EL CANTOR editado con TUSQUETS EDITORES.

1 comentario:

virgi dijo...

En el espejo se borró tu imagen. No te veía cuando me miraba.
JAV

Besos