A mí me enseñaron
que la vida
había que bebérsela
y todo eso
ya sabéis.
Conducirla
como si la hubieses robado
pero sin odio.
Nada de poner ladrillos
como mi padre
mientras los demás me pisan.
Saber que la vuelta a atrás
es la excusa de los cobardes
cuando en su almacén
ya
no caben
más
cadáveres.
© Ángel Muñoz
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