martes, 2 de octubre de 2012

MECÁNICA DE FLUIDOS by María Mercromina

                                                      






Los padres nunca cuentan todo
 lo que se puede extraer de cuatro tubos de sangre.
- y tú imaginando un color rojo magenta -
con toda tú resumida en una pegatina,
un número quizás un poco ensangrentado
-te pusiste nerviosa no apretaste
 demasiado, el puño-.
 Una minúscula parte de ti
se desliza viscosa, 
qué más da si al pasar el roce
por la piel las células se derraman.
Y mientras el émbolo sube,
recuerdas la búsqueda curiosa 
por los bordes de la herida
en las rodillas de la infancia
- dale tiempo al cuerpo para que vuelva-
la extensión nueva de la carne.
Cuatro tubos y sabemos los fluidos
que desbordaron al río en tu cuerpo,
todas las células desperdigadas 
de aquellos que quisiste borrar
-a propósito-
golpean ahora a las tuyas
contra el vidrio marcadas 
porque el cuerpo 
recuerda siempre que dos diferentes
                                hacen nacer la enfermedad.
-Estas cosas deberían darse en el colegio-
mientras te reprochas a ti misma 
la voz que tantas veces dijo
que nunca pasa nada,
entregas fácil tu carne de presa
al miedo que va tejiendo 
uno a uno los síntomas fantasmas 
con un estigma morado.
Es ahora, niña,
 cuando te toca
 abrir la mano.
  


extraído del blog de MARÍA MERCROMINA

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