El Sábado, a eso de las 19'30, más o menos, en la dirección indicada en el cartel, Antonio Díez, mi amigo, colega y coautor del libro, junto a David González y Jim Jump, presentó esta antología poética de brigadistas internacionales.
El evento tuvo una cantidad de público más que aceptable, amigos, conocidos y simpatizantes con la causa nos dimos cita, puntuales, para escuchar a Antonio.
No puedo, antes de pasar a narrar lo que hizo mi colega en el acto, olvidarme de Aurelio y Esteban Gutierrez (Bacovicius).
Aurelio: director, coordinador, cabeza visible o como quieras llamarlo, del Ateneo Republicano de Fuenlabrada, hizo una breve presentación del acto, para a continuación, darnos a conocer los futuras ideas que tiene en mente dicha asociación.
Baco: Narrador, poeta, crítico, amigo y buen colega, se encargó de introducir el acontecimiento. Y vaya si lo hizo. Se gustó y nos gustó, al menos a mí. Lo hizo y fue emotivo. Desgranó sus sentimientos ante los poemas, y dejo, al respetable, asombrados con la presentación que preparó.
Tomó el relevo Antonio. Yo ya tuve la oportunidad de verle en Tirso de Molina. Más o menos las mismas cosas, pero con algún cambio sustancial. Rebeló hechos puntuales y experiencias con alguno de los brigadistas-poetas, leyó poemas, nos hizo partícipes a todos interrogándonos sobre dudas o cualquier otra información de interés. Eso sí, yo me quedo con el momento en el que le pido a mi amigo que lea el poema de CIGARRILLO COMPARTIDO.
No sólo lo leyó, sino que se fumó un cigarrillo ante el asombro de todos y con el máximo respeto. Igual que hiciera en Italia, en otra presentación.
Sin más, os dejo con este poema. Creo que ya lo coloqué en algún otro post, pero me da igual, me encanta.
Por cierto, tomé fotos con el móvil. Olvidé la cámara. Si puedo las colgaré.
Voltios dixit.
CIGARRILLO COMPARTIDO
Hace medio siglo,
durante un breve recalmón en la batalla,
compartimos un pitillo,
el último de diez Woodbines
que me habían enviado envueltos en un periódico.
Liamos dos cigarrillos esqueléticos
y suspiramos contentos
mientras tragamos el humo,
llenándonos los pulmones con dulce aspereza.
Más tarde aquel día te mataron
y enterramos tu cuerpo allí
en la montaña de Gandesa.
Cincuenta años después
todavía vagueas
en los márgenes de mi mente,
haciendo repentinas incursiones
en mi nebulosa memoria.
Sin previo aviso, aparece tu cara
y veo otra vez la sonrisa permanente,
los ojos destellantes,
la mal afeitada barbilla.
Entonces recuerdo cómo eras,
caído sobre tu ametralladora silenciada.
En el bolsillo de tu camisa hallamos
una pitillera vacía,
ni una hebra, ni una miga de tabaco.
Me alegró entonces
y todavía me alegra
haber compartido contigo, George,
el último Woodbine.
Traducción de James R. Jump
P.O: Por cierto, Zuñi, me hice con un ejemplar para ti y dedicado, ya te lo daré en cuanto te vea. Jaime, gracias por ilustrar, en general.
P.O: Por cierto, Zuñi, me hice con un ejemplar para ti y dedicado, ya te lo daré en cuanto te vea. Jaime, gracias por ilustrar, en general.
4 comentarios:
Killo !!
Qué estupendo colega !!
Me alegra que estuvieras allí, egoistamente por poder disfrutar del evento a través de tus narraciones...seguro que estuvo de "cojones"
Abrazote chico...Gracias por dejarnos verlo en tu blog.
De nada y siempre que pueda os dejaré estas "crónicas", por llamarlo de algún modo para que os hagáis una idea.
abrazos aurora.
Sí, puedes narrar esas crónicas y convertirlas en un libro...Crónicas de una poesía anunciada...Quizás algun día será como leer historia...historia de la poesía...¿imaginas?
:)
oye pues no es mala idea, de verdad, no es mala. No lo había pensado, pero acudo a tantos y tengo alguna que otra crónica, que retocada, ampliada y con apoyo fotográfico, podría surtir efecto sí, lo voy a pensar.
gracias auro.
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