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El lóbulo de mi oreja derecha está tumefacto de pus y de sangre.
Sentado delante de una ardilla de plástico roja que simboliza la
acción humanitaria en favor de los ciegos, pienso en la inminente
putrefacción de mi cuerpo. Otro sufrimiento que desconozco y que
me queda por descubrir casi en su totalidad.
Pienso también y paralelamente, aunque de forma más imprecisa,
en el declive y putrefacción de Europa.
Atacado por la enfermedad, el cuerpo ya no cree en ninguna posibilidad
de alivio. Unas manos femeninas serían inútiles. Pero siempre
son deseadas, pese a todo.
DIFERENCIAS EN LA CALLE AVRON
Sentado delante de una ardilla de plástico roja que simboliza la
acción humanitaria en favor de los ciegos, pienso en la inminente
putrefacción de mi cuerpo. Otro sufrimiento que desconozco y que
me queda por descubrir casi en su totalidad.
Pienso también y paralelamente, aunque de forma más imprecisa,
en el declive y putrefacción de Europa.
Atacado por la enfermedad, el cuerpo ya no cree en ninguna posibilidad
de alivio. Unas manos femeninas serían inútiles. Pero siempre
son deseadas, pese a todo.
DIFERENCIAS EN LA CALLE AVRON
Los vestigios de tu vida se extienden sobre la mesa:
Un paquete de pañuelos de papel empezado,
Un poco de desespero y la copia de las llaves.
Me estoy acordando de lo deseable que eras.
El domingo extendía su manto un poco pegajoso
sobre las tiendas de patatas y los restaurantes de negros,
caminanos durante unos minutos, casi alegres,
y entonces volvimos para no ver más gente.
Y para contemplarnos durante horas enteras,
desnudabas tu cuerpo delante del lavabo
tu rostro se arrugaba, pero tu cuerpo permanecía bello
me decías: " Mírame. Estoy entera,
mis brazos están unidos a mi torso, y la muerte
no cerrará mis ojos como los de mi hermano,
me has hecho descubrirle un sentido a la plegaria,
mírame, mira. Pon tu mirada en mi cuerpo".
ambos poemas extraídos de su poemario SUPERVIVENCIA editado con Acuarela y A.Machado.
Un paquete de pañuelos de papel empezado,
Un poco de desespero y la copia de las llaves.
Me estoy acordando de lo deseable que eras.
El domingo extendía su manto un poco pegajoso
sobre las tiendas de patatas y los restaurantes de negros,
caminanos durante unos minutos, casi alegres,
y entonces volvimos para no ver más gente.
Y para contemplarnos durante horas enteras,
desnudabas tu cuerpo delante del lavabo
tu rostro se arrugaba, pero tu cuerpo permanecía bello
me decías: " Mírame. Estoy entera,
mis brazos están unidos a mi torso, y la muerte
no cerrará mis ojos como los de mi hermano,
me has hecho descubrirle un sentido a la plegaria,
mírame, mira. Pon tu mirada en mi cuerpo".
ambos poemas extraídos de su poemario SUPERVIVENCIA editado con Acuarela y A.Machado.
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