miércoles, 4 de abril de 2012

Tres luminarias más de CURIEL



35.

Un cementerio siempre es un canto a la vida. A pesar de todo un canto jondo, un canto con la garganta. Un canto a la permanencia de cada uno. Ningún poeta debería ser incinerado. Las palabras en la piedra, bajo el cielo, durante los días, abiertas, últimas en el límite de cada uno, y por eso infinitamente más duraderas.



39.

Las ruinas antiguas son los verdaderos templos del espíritu
en nuestro tiempo vacío.


41.

Para no estar gordo subir montañas. Subirlas hasta desaparecer. Trabajar de nuevo con las manos. Mover el cuerpo de uno como si fuera el de otro. Portarnos como si nos comportáramos de otra manera. Si adelgazamos nuestra propia poesía adelgazamos nuestras pasiones. Ser más que estar. Siempre ser aunque no estemos.


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