miércoles, 14 de septiembre de 2011

A David González


Hace tiempo, o no, lo desconozco, que David González dejó de estar en boca de muchos para estar en boca de casi nadie.

Lo primero que quiero destacar es que este post tenía ganas de hacerlo hace tiempo y no sabía muy bien como enfocarlo. Definitivamente me he plantado delante del blog y me he puesto a teclear.

Yo hacía muchos años que escribía poesía, antes incluso de que mi amigo Antonio Díez me descubriera la poesía de David. Pero conocer su obra, sus libros, conocerle a él, fue una experiencia.

David y su forma de vivir y pensar, llevándola hasta las últimas consecuencias, dejaron una huella en mi interior que fue plasmándose poco a poco en forma de, digamos, "versos".

Tras David vinieron otros poetas, otras lecturas, pero tengo que reconocer que si sigo escribiendo, modificando o no el estilo, es porque un buen día descubrí/me descubrieron a David González y eso me aportó alas.

Puede que mi estilo, con el tiempo, evolucione, o no. Puede que deje de escribir para siempre, o no, poesía. Pero no puedo renegar de lo que es cierto: él fue el primero con la fuerza suficiente es sus textos para atraerme, el resto vino después.

Ángel dixit.




LO MIRES POR DONDE LO MIRES

Comunicas con tu familia
dos veces a la semana:
los martes y los jueves,
en un locutorio
con un cristal de por medio.
Apenas son unos minutos
en cada comunicación:
unos veinte o por ahí,
pero puedes estar seguro
de que nunca te vas a comunicar
tanto
con tus padres,
sobre todo con tu padre,
como en el transcurso
de estas visitas.

poema extraído de su poemario EL DEMONIO TE COMA LAS OREJAS (1997-2008) editado por GLAYIU EDITORIAL.