Lo más importante
De pequeño,
recuerdo,
como me hacía fuertes de madera
para mis indios y vaqueros de plástico,
regocijándose en sus hábiles manos.
Pero no me enseñó a montar en bicicleta.
También recuerdo
que tocaba la armónica.
Incluso grabó una cinta de cassete con su voz,
el sonido de la armónica,
mi madre de fondo,
y yo tratando de balbucear alguna palabra.
Pero no me enseñó a pelear en la calle.
Se empeñó en que aprendiese
la regla de tres,
e hiciese cada verano,
la puta tortura de los libros
de vacaciones Santillana
(maldito Santillana),
a ritmo de collejas.
Pero se le olvidó lo más importante.
Hacerse querer,
y no respetar.
Inédito de Ángel Muñoz
1 comentario:
eso es bonito, ángel, hacerse querer, no hacerse respetar
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