La antena culebrea con angustia
entre tejas forzadas a no ser distintas.
Y el ulular,
sí,
o no.
Puede que el pie descalzo
dibuje una silueta en este tejado abdominal.
Pero es cierto
que aquí no es la primera vez
mientras el aire,
miedoso,
teme a la avispa que acecha.
La luz no pretende engañar
al huecoboca asombrado
entre nubes postizas
que solo dejan las balas
para momentos de óxido.
Y así es como tú
con esa antena bífida
esperando a que llegue la señal.
El dolor suele ser un plagio
en la sala de espera.
O no.
poema inédito de Ángel Muñoz
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