En un principio está el sentimiento, la idea o pensamiento. Construir el poema por los cimientos, una base, aunque muy simple, pero una base. Desde ahí, levantarlo. Inicialmente mi poesía era larga y cargada de prosa. Ahora voy a la esencia y pienso que trabajarlo desde las dos vertientes es fundamental. Cuando me refiero a las dos vertientes hablo en primer lugar desde ese sentimiento o idea que te impulsa a darle forma, pero eso para mí no es suficiente. Luego tiene que haber una distancia del poema, y no precisamente temporal, si acaso física para trabajarlo desde fuera: rimas asonantes internas que puedan surgir, vocabulario, construcciones erróneas de imágenes, etc. Una labor de relojero que una vez concluida me produce la sensación que describía Adam Fuss, el fotógrafo: “Solo siento que lo he conseguido cuando creo una imagen que no puedo dejar de mirar”.
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4 comentarios:
Te leo en afinidades, pienso; buen descubrimiento joder. Me meto en tu blog, y me recibe Casariego. En fin; un placer encontrarte.
Gracias María por la sinceridad de tus palabras, un abrazote de los grandes.
y esto qué es, que ahor etás en una especie de olimpo o algo así, no? me alegro, felicidades colega! ...y nos vemos pronto!
Parace que sí Antonio, jajajajaja, gracias, abrazos.
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