lunes, 22 de marzo de 2010

UN POEMA




.advertencia.


crearte una armadura
para poner a salvo
el pellejo
frente a tantos reveses

no va a servirte
cuando los golpes
vayan directos
al corazón


Foto y poema inéditos de Voltios.

19 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Hermoso y cierto, ya lo creo.
Un abrazo.

mis-herías dijo...

siempre queda quitarse la armadura y salir corriendo ;)

Begoña Leonardo dijo...

Uf!!! qué punzada, sobre todo por cierta.
Te abrazo.

Nares Montero dijo...

Menuda advertencia heartbraker!

Debería tenerlo presente, presiento... aunque yo sigo con mi coraza.

Besitos!

Luisa dijo...

Me encantan la foto y el poema. Y sí,los directos no hay armadura que los pare.

Un beso, Voltios.

Sara Royo dijo...

Pues yo espero q la armadura proteja, especialmente, el corazón...
Un besico.

emilio dijo...

Me gustó... y es que en cosas de corazón las armaduras son para peor.

Un abrazo.

virgi dijo...

Las armaduras sólo sirven para andar más incómodos. Además, los golpes al corazón se cuelan sin que sepamos cómo.
Besos y ternura

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Es bueno, ante tanta frialdad existente en la vida, que todavía tengamos el corazón vulnerable...

Buen cambio amigo.

. dijo...

Zas.
Una verdad como un templo.

pepe pereza dijo...

Muy bueno. El corazón siempre va a pelo, totalmente desprotegido.
abrazo

mjromero dijo...

Algunos golpes no hay armadura que los pare.

Jose Zúñiga dijo...

Es cierto. Las puñaladas traseras, por mucho que se diga, son menos peligrosas

Ernesto Pentón dijo...

Grandísima verdad de poeta puro. Un abrazo, amigo.

sus(ana) dijo...

sin dudarlo esos son los golpes que más duelen

un beso, ángel

Sakura dijo...

Ouch!
Tus versos
puño americano.

María Jesús Siva dijo...

De los golpes del corazón no te recuperas nunca, siempre dejan una cicatriz que duele en el recuerdo.
Besos

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Ay, las armaduras, que al final sólo sirven para, desde su oscuro interior, ver brillar el mundo. Y aún hay quien se empeña en intentar resguardarse del amor... mala medida, no funciona.

Besos.

Anónimo dijo...

Gran verdad y gran poema, un saludo Angelillo.