LA LÍNEA
Cuando comprendimos que podría ser cáncer,
me tumbé junto a ti en la noche,
la palma de la mano descansando en la hendidura de tu pecho,
el raquis de una hoja. No procedía
hacer el amor: en mis entrañas ese
pequeño quiste. En la penumbra
de mi primer ocaso, mi mano sobre la hermosa
falla de tu pecho, valle de
lágrimas,
sólo existía el instante, y mientras
dormías en el silencio, te observaba como quien observa
a un recién nacido, consciente siempre del
milagro, la línea que hemos cruzado
desde la oscuridad.
Poema de Sharon Olds extraído de su poemario LOS MUERTOS Y LOS VIVOS editado por Bartleby Editores.
2 comentarios:
O el instante hace existir el propio existir.
Un Saludo
este es un POEMARIO, Voltios, gracias por tu mención hacia mi.
Inmerecida, como siempre
Kebran
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