Mientras tiendo la ropa
una mariposa enorme pasa por debajo
sorteando los setos y los árboles ralos
grácil como si la empujara el aliento de una selva
a la vuelta de la esquina.
Sumando mis horas de vuelo
a favor de las corrientes de aire
-si es eso lo que cuenta al final-
mi vida durará tan poco como la suya.
El otoño nos rodea piadoso
callando que él volverá una y otra vez
una y otra vez.
1 comentario:
Ana Pérez Cañamares me conquistó hace tiempo con un poema creo que de "La alambrada de mi boca", que terminaba diciendo algo así como "Mira que en esta familia / tenemos la dolorosa costumbre / de conocernos mejor de muertos".
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