miércoles, 16 de noviembre de 2011

Otra crítica sobre Amor manual, en este caso más, digamos, "dura". Pero aquí está.

Con esto, ya te imaginarás que mi opinión sobre "Amor manual" no es muy favorable, porque, aunque sea un libro con sentido, bien estructurado y que demuestra que tienes un buen "ojo poético", una capacidad de observación y distanciamiento de las cosas del mundo enorme, adecuada para la composición de poemas a partir de tus vivencias personales.


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La primera parte, "Remotas periferias", es quizá la más sólida, desde mi punto de vista. Tengamos en cuenta una cosa importante: para mí "el verso" es un sintagma en sí mismo, debe poder significar independientemente del resto del poema. Esto, lógicamente, es una paranoia personal, un gusto propio. Por este motivo no entiendo, y discrepo, de la ruptura del verso contemporánea, y de la ruptura del verso de tu libro. Por ejemplo, en "Lucidez de niño", dices: "Ser pequeño / no es obstáculo / para entender / el sentido de algunas miradas". Yo no comprendo por qué el poema no dice "Ser pequeño no es obstáculo para entender". No lo comprendo. Me disgusta que ese verso se abra en tres, porque para mí le añade un ritmo sincopado que lo afea, lo empequeñece, le borra lo poético y lo convierte en pedazos. De nuevo: es una opinión superpersonal. Sin embargo, esa ruptura está bien en "coraje", o en "Voyeur", que es el primer poema del libro que verdaderamente me gusta.

Todo este tema de las rupturas tiene otra cara, más positiva, y es que tienes la capacidad de construir sintaxis abruptas, sorprendentes, que permiten que el poema flote de la narración discursiva al texto poético, como cuando de repente aparece ese verso "mi padre sin mácula". Touché. Ahí está el poema. Y cuando esta ruptura deviene en un final conclusivo, mejora: "cuando los padres de repente". Sin verbo, sin lógica. Ahí resuelves que el sintagma puede significar sin que te ahogue la composición sintáctica habitual.


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Veo, en todo caso, dos tipos de poemas, que evidencian un momento de transición en tu personalidad poética. Unos, los más, más coloquiales, ligeros, ultrasintácticos, como prosas rotas forzadamente, por ejemplo "Mi hermano replay" o "Carecía de medios", donde la metáfora me parece muy pobre, tópica y sin brillo. Y luego hay unos pocos, como queriendo sobresalir, en los que el poema se alza y parece que el poeta se deja llevar por el descubrimiento, más oscuros, más sorprendentes. Ejemplo de esta segunda opción es "pensamientos tras la mujer anónima", de una poética luminosa, trabajada, tal vez fugaz, pero muy atento a la metáfora, con ese final en el que verbo aparece por fin en el último verso, rompiendo la secuencia sintáctica y desvelando el poema. Desvelando, ahí está la clave.


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Por último, un temita global: veo un abuso de un determinado tipo de construcción, que está muy bien y la usas con sabiduría, pero que al aparecer varias veces a lo largo de un libro tan breve se torna contra ti y pierde su fuerza. Es la que formas a partir de adverbios o proposiciones más artículo: "cuando el...", "donde la...", "por si el...". Lo dicho: una vez o dos tiene mucha fuerza; más allá, resulta repetitiva.

En fin, todo esto es lo que tengo que decirte después de las dos primeras lecturas serias... Espero que te parezca bien: he tratado de explicarme y razonar todo aquello que consideraba negativo, siempre de acuerdo con mis ideas, que evidentemente no son las de otras personas. Por suerte, la poesía es un concepto de lo más variado.

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ángel, ¿quién te hizo esa crítica? Si no lo dices, parece inventada por ti mismo.

elnaveiras dijo...

¿y quién es la persona que la firma?

Santiago Bertault dijo...

Más vale una crítica dura que los parabienes cínicos.
Un abrazo bicho

Ángel Muñoz dijo...

Vamos a ver, cómo voy a inventarme una crítica sobre mí mismo, no soy ni gilipollas ni estoy tan loco, jejejejejejeje. Es un buen amigo que ha tratado de ser sincero. Los poemarios y las lecturas están para gustar y no gustar y para opinar de una manera y de otra. Pero he preferido, por palabras de él, no poner su nombre pero si la crítica, más que nada para que se vea que hay gente que opina distinta a otra y ya está. Ni me ha sentado mal ni chorradas por el estilo, al revés me parece algo constructivo que nos ayuda a crecer y a prestar más atención a lo que hacemos.

Os agradezco los apoyos pero no hay que montar más historias que la que os digo.

Un abrazo querido anónimo, pepe y santi.

La abuela frescotona dijo...

Voltios me gustaban mas tus antiguos y algo bizarros poemas, de vez en cuando la nostalgia me trae querido amigo, son muy buenos tus blog, dejo mi saludo y felicitaciones.