lunes, 13 de julio de 2009

Mi colega Antonio hablando de leyendas





Junto al camino un joven yanqui
reposa sobre una camilla
el cuerpo se le retuerce de sufrimiento
atravesado a balazos por las ráfagas del fuego de ametralladora

los sanitarios se esfuerzan
en calmar su dolor con ternura

yo estoy allá
mirándole

cada célula de mi cuerpo a plena carga
intenta con desesperación pasar flujos curativos
de mi fuerza a la suya

no puedo quedarme a su lado pues la batalla me llama
a mi propio encuentro en la mañana de la vida

pronto las vainas metálicas de la muerte vuelan por los cielos
preñadas de semillas mortales
estallando a mi alrededor sobre la tierra
en fatídicas flores instantáneas
marchitando la vida de mis camaradas, irlandeses,
franceses y escoceses, yanquis, alemanes, españoles, eslavos, fineses y rusos
griegos, galeses e ingleses, árabes, judíos y turcos,
negros, pieles rojas, rostros pálidos,
allí estábamos todos

me tumbo angustiado con las piernas de mi camarada estiradas sobre las mías
su rostro es una estática máscara gris
el francés en cuclillas aún, apoya confortablemente la espalda contra el banco de tierra
sin decir palabra
su cabeza se ha desvanecido y algo de sangre le ensucia el cuello.

Treinta y ocho años después regreso a ellos
donde yacen silenciosamente quietos, olvidados
bajo el suelo y el sol
donde mi sangre se mezcló con las suyas
y con sus huesos alimentando las pálidas hierbas grises
y los pequeños arbustos a través de los años

como un antiguo guerrero mexicano
parto una de las plantas
masticando el tallo y tragándome el zumo amargo

entonces los dioses de la guerra y el odio
rugieron para nosotros una vez más
con redobles de truenos
reventando desde las almenas de los cielos
aunque todo lo que cayera fuesen simbólicas lágrimas de dulces gotas
que humedecieron y se mezclaron con las mías propias secas

mis camaradas yacían allá en la ladera
olvidados por todos menos por mí
sin más memorial que las pálidas hierbas grises
y los pequeños arbustos

pero ya les he levantado un monumento
más duradero que el bronce
y más alto que las pirámides

Éste es.

John Dunlop "BRUNETE, 12 DE JULIO DE 1937: UNA ODA A MIS CAMARADAS"

HABLANDO DE LEYENDAS. POEMAS PARA ESPAÑA. Edición de Jim Jump, Antonio Díez y David González. Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2009.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ingeniero...cada vez eres más lunas y menos perito...


enhorabuena...