Para Carlos Vitale y mi primo Nano.
El asesino que soy siempre habla
con la víctima que fui.
Le reconoce que siguió sus huellas,
le muestra los indicios que le llevaron hasta
su silueta dibujada en una carretera secundaria.
La víctima escupe sangre
después del primer disparo
la nieve en las calles
manchan el infierno de blues.
El asesino no tiene piedad
y arremete con el puño americano,
regalo de su cincuenta aniversario con la mafia,
levanta al pelele del suelo
y le endosa un nuevo golpe.
Las miradas cobardes no dicen nada,
apenas bajan a las alcantarillas
y se esconden donde las ratas.
La víctima se prepara para morir,
pero, entonces, la suerte por vez primera le sonríe,
el revólver cae al suelo,
justo entre su molar y el dedo cortado,
lo toma con la tristeza de quien sabe
de que también por vez primera
se propone robar una vida.
Se vuela la tapa de los sesos.
extraído del blog de Carmen Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario