Ricardo Bórnez es el artífice de este regalo inconmensurable.
Gracias a Mariano Zurdo por confiar siempre en mí y aguantarme. Y como no a Marisa por su excelente labor.
Gracias a José Naveiras por ser mi amigo, ese amigo que a estas edades no crees que vaya a aparecer y sin embargo aparece. Y por hacer ese epílogo maravilloso.
Gracias a Cecilia Quílez, otra amiga, compañera que ha aparecido a tiempo y gracias por el trabajazo que te diste.
Gracias a Alejandro Céspedes por ser amigo, compañero y querido. Esas correcciones y prólogo tan sabio.
Gracias a Eva Monogatari o Gallud por la amistad y las correcciones again, cuanto te debo.
Gracias a todos los que acudisteis allí y tuvisteis la valentía de aguantarme y escucharme.
Ángel dixit.
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