lunes, 7 de junio de 2010

MI PRÓXIMA EXPO DE FOTOS (CON PEPE NAVEIRAS) Y UN NUEVO RELATO





Jaque mate

El agua de la puñetera palangana estaba ardiendo. Todavía notaba, a punto de aterrizar, la piel abrasada de las nalgas y el ano.
No iba a ser una entrega grande, además, la promesa de que sería la última y por fin podría julibarse, sin miedo alguno, le daba alas.

Tras la lavativa procedió a esperar, con paciencia, la dilatación del culo para ir introduciéndose, una a una, las dieciseis bellotas de hachis, amén de las cinco bolas de coca que reposaban en su estómago.
Una vez pasados los controles buscaría rápidamente un baño, daba igual el del hotel o el de un bar, con tal de expulsar la droga de una santa vez.

El piloto del avión avisó de la proximidad del aterrizaje. Nunca antes se había sentido tan tranquilo. Conocía al dedillo su cometido de "mula". Al ser extranjero le cachearían, le pedirían mil datos, abrirían y descolocarían su equipaje de mano. Y no encontrarían nada, como casi siempre.

Con el dinero de la entrega, y lo ahorrado en la anteriores, tenía de sobra para sobrevivir el resto de sus días, él y su hija.
Eran los únicos miembros que quedaban en una familia que empezó siendo tres. Pero su mujer, atropellada como un pajarillo que a nadie le importa, sufrió las consecuencias de su deuda adquirida por las jodidas cartas. Deuda devuelta con creces tras diez años y más de veintitantos viajes. Con un estómago y un ojete a prueba de bombas.

Una vez en tierra y camino de las cintas de equipaje recordó a aquel muchacho. Un joven del pueblo. Quiso hacerse rico muy rápido, y las putas rapaces no se lo impidieron. Ni siquiera la primera entrega pudo realizar. Más de cuarenta bolas en su cuerpo. No llegó a subir al avión. En el control del aeropuerto alguna bellota perdería su envoltorio, los nervios, mil factores. Reventó por dentro igual que una sandía. Las alimañas no tardaron en encontrar una nueva víctima.

Él sabía de sobra, por experiencia, aceptar el número adecuado de paquetes, envolverlos con inteligencia e ir introduciéndoselos uno a uno. La vida te da caparazón. Tanto, que su hija se encontraba, en los últimos seis meses, en Europa. Bien alojada y escondida. El instinto es más fuerte si la necesidad te ahoga. Dinero, tras tantos portes, era lo que le sobraba.

Con la maleta en la mano y la mochila en el hombro se sorprendió ante su determinación. Los dos guardias charlaban entre carcajada y carcajada.

- Perdonen - dejando la maleta en el suelo-, llevo en mi cuerpo hachis y cocaína- en un mal castellano.

Los agentes cortaron de raíz las risas. Había ganado su partida. Jaque mate. No le caería mucho por la confesión, después su hija le esperaba.

De los que no podía encargarse era de los que viniesen tras él. Todos los muchachos del poblado con ansias de enriquecerse. Les darían el tablero y las piezas, como a él, las putas alimañas.

Eso sí, el jaque mate no siempre llegaba.

8 comentarios:

La Colorá dijo...

La inauguración el día de mi cumple :) Habrá que pasarse....sabes que no me pierdo una, besis!!!

Pokol dijo...

si consigo conductor intentaré bajar:)

Begoña Leonardo dijo...

Me llevo el cartel,
besos y mucha mierda!!!!

Luisa dijo...

Te deseo lo mejor, Voltios, y lo tendrás porque lo vales y te lo curras.
Me gustaría acercarme, pero ni tiempo pa´rascarme.

Muy bueno el relato. Tremendo.

Un besazo.

Sara Royo dijo...

Eso!!! Mucha mierda!!! ^^
Besicos.

Anónimo dijo...

Me encanta el relato, duro, como acostumbras, pero muy fluido, me gusta!!

Un abrazo angelillo

Jorge dijo...

(Aunque es dificil que pueda ir) Hasta cuando dura la exposición?

Un abrazo!

pd: Buenísimo el relato, amigo.

sus(ana) dijo...

mucha suerte, ángel, y un fuerte abrazo