Llevaba tanto tiempo esperando esto, tanta ansiedad acumulada, tantas horas y momentos de coñazo por hacerme oír, que ahora, justo ahora, cuando Sergio Cruz me invita, me da la oportunidad, estoy acojonado.
Escribo desde que tengo uso de razón, evidentemente no estoy satisfecho de todo lo que he hecho y haré. Jamás me había atrevido a mostrar lo que hacía a nadie. Tal vez, algún familiar, alguna chica olvidada y algún colega de borrachera han podido ser los únicos en oír algo de lo que hago.
Fueron dos personas importantes, Antonio Díez y Jaime Llorente, los primeros en leerme fuera de ese círculo. Me aconsejaron dejar atrás el Perito en Lunas (en referencia a Miguel Hernández) en el que me estaba convirtiendo, para que me soltara más la melena, pues según ellos tenía mucho que decir.
A partir de ahí empecé a empaparme de todo lo que se cocía a mi alrededor, poetas-colegas actuales y otros que ya no lo son tanto. Con la finalidad de afinar mi perspectiva de las cosas, encontrar mi voz. Tarea difícil. La cual aún dudo haberla logrado. Eso sí, me solté la melena, me dejé de medias tintas, de mariconadillas (perdón por la expresión), y fui al grano de todas las cosas que quería contar.
Sólo decir, que os espero, si queréis acudir en el Tapas y Fotos de Lavapiés, a las 21 horas del Jueves 6 de Agosto, POESIA A MANO ARMADA. Trataremos de echarle valor.
Gracias Antonio y Jaime por leerme y estar ahí. A ti Déborah por mostrarme el camino del autotuneo en mi blog y demás cosas. A Mayte, lectora incansable de todo lo que hago. A Willy, que está ahí en la sombra, para darme las críticas más duras. En fin gracias también a otros muchos que se olvidan.
Sin más rollos, sin más sentimentalismos, chao.
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